* Desde hace años, la OCDE reveló la gravedad que viven los jóvenes en México a causa del bullying. Hoy hemos vivido consecuencias graves por no atender ese llamado.
* Aunque hay avances, las agresiones verbales o físicas se siguen normalizando bajo el argumento «son bromas, son jóvenes, así somos aquí», critica Norberto Maldonado, empresario, filántropo y activista de varias causas sociales.
* El bullying se extiende de las aulas a las oficinas. En muchas ocasiones cuesta vidas.
CIUDAD DE MÉXICO, 11 de mayo de 2025.- «El bullying va más allá de un problema infantil. Es el reflejo de una sociedad que ignora los llamados locales, nacionales e internacionales y que normaliza estas acciones bajo el argumento de nuestra idiosincrasia», señala el activista Norberto Maldonado. «Han pasado 12 años desde que se instauró el Día Mundial contra el Bullying o Acoso Escolar (02 de mayo) y a la fecha, parece contradictorio que esta fecha se sigue tomando a broma», enfatiza.
Maldonado, quien ha vivido acoso debido a su vitíligo, advierte que hablar del bullying como un fenómeno exclusivo de las escuelas es simplificar un problema que atraviesa todos los ámbitos de la vida social: desde las aulas hasta las oficinas, desde las redes sociales hasta los núcleos familiares.
«El bullying es la etiqueta que reduce a una persona a su cuerpo, su color, su orientación, su discapacidad. Parece un comentario inocente, pero es un mecanismo violento que los adultos también repiten, enseñan y perpetúan todos los días», destaca el también líder de la Fundación Kooltivo.
Desde hace años, la OCDE hizo un urgente llamado a atender los temas de bullying en México; sin embargo, datos recientes cuestionan posibles avances. Por ejemplo, el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México reveló que los reportes por acoso escolar aumentan más del 50% cada año. «Es un retroceso evidente que no termina al salir de las aulas. Más del 20% de los trabajadores mexicanos afirman haber padecido bullying en su trabajo. Estas cifras nos deben avergonzar como sociedad», indica.
Con una crítica frontal a las campañas «blandas y estéticas» que buscan visibilizar el acoso sin nombrar con claridad su gravedad, Maldonado insiste en que el bullying debe dejar de ser tratado como una travesura o un asunto menor.
«Necesitamos que la sociedad entienda que el bullying puede dejar marcas de por vida e incluso cuesta vidas», en su propia experiencia, Maldonado recalca la carga emocional de crecer con una condición visible como el vitíligo: «Mi piel fue mi primer motivo de acoso y mi primera lección de resistencia. Aprendí que lo diferente incomoda, y que muchas veces esa incomodidad se convierte en violencia. También aprendí que el problema no está en quien se ve distinto, sino en quien no sabe ver con humanidad y calidad moral.»
Con el fin de dar aportar algunas recomendaciones a padres y maestros, el también experto en temas tecnológicos, recomienda algunos tips para cuidarse del acoso cibernético:
– Cuidar y sensibilizar a los niños sobre la información personal que publican.
– Fomentar la empatía, la tolerancia, y el respeto en línea.
– Utilizar herramientas tecnológicas y de seguridad en línea.
– Supervisar los dispositivos digitales de los niños y jóvenes (sitios, contraseñas, contactos).
Norberto finaliza con un mensaje dirigido a toda la sociedad: dejar de justificar, minimizar o ignorar el acoso en cualquiera de sus formas. «Si no estás frenando el bullying, entonces lo estás permitiendo.»
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