* La proporción de ejecutivos corporativos psicópatas es ‘similar a la población carcelaria’
CANBERRA, 28 de abril de 2025.- Aproximadamente uno de cada cinco jefes corporativos son psicópatas, una proporción similar a la de los prisioneros, según un nuevo estudio.
Una investigación realizada por el psicólogo forense Nathan Brooks de la Universidad de Bond descubrió que el 21 por ciento de 261 profesionales corporativos tenían rasgos psicopáticos clínicamente significativos.
Características como la incapacidad de empatizar, la superficialidad y la falta de sinceridad están asociadas con esta condición.
Brooks dijo que los hallazgos sugieren que las empresas deberían evaluar a sus empleados según sus características de personalidad, en lugar de simplemente sus habilidades.
Un tipo de «psicópata exitoso» que puede ser propenso a prácticas poco éticas o ilegales ha sido admitido en los puestos más altos de las empresas debido a la forma en que las empresas contratan, según Brooks.
Junto con los investigadores Katarina Fritzon de la Universidad Bond y Simon Croom de la Universidad de San Diego, Brooks presentó el estudio en el congreso anual de la Sociedad Psicológica Australiana en Melbourne.
«Analizamos a unas 1.000 personas, y el estudio sobre gestión de la cadena de suministro, en el que participaron 261 profesionales corporativos, fue el más interesante», dijo a ABC .
El señor Brookes dice que esa cifra «comparte similitudes con lo que encontraríamos en una población carcelaria».
En la población general, alrededor del 1 por ciento son psicópatas, aunque algunos estudios sitúan la cifra en el 4 por ciento.
Scott Lilienfeld, de la Universidad Emory de Atlanta, quien también presentó sobre psicopatía en el Congreso de la APS, declaró al sitio web australiano news.au : « [Los psicópatas] están sobrerrepresentados en ciertas ocupaciones: política, negocios, deportes de alto riesgo. La investigación al respecto se encuentra en etapas preliminares».
Ser psicópata podría predisponer a alguien al éxito a corto plazo. Tienden a ser encantadores y extravagantes, lo que facilita el éxito a corto plazo, aunque esto puede pagarse a costa del fracaso a largo plazo.
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