Por Paulina García M
Tal vez hayas comido higos en más de una ocasión pensando que eran una deliciosa fruta; sin embargo, se trata de una “infrutescencia”, es decir un conjunto de frutos o también se pueden definir como una gama de flores invertidas. De forma que, las flores crecen por dentro de una vaina que madura y se convierte en el higo.
Por otro lado, el higo sobrevive gracias a las avispas, las cuales entran por dentro del higo macho (el cual no se come), para depositar sus huevos, por desgracia en este proceso sus alas se rompen. A su vez, las crías de la avispa nacerán también sin alas, ya que su misión es reproducirse, escapar al exterior y transportar las semillas del higo a otro lugar.
Sin embargo, cuando la abeja entra por equivocación a un higo hembra, inevitablemente muere y su cadáver se descompone dentro del fruto, el cual, a su vez, deshace el cuerpo de la avispa y lo transforma en proteína.
A pesar de que estos datos pueden resultar escalofriantes, es importante saber que actualmente la mayoría de los productores de estos frutos ya no necesitan de la intervención del polinizador.