viernes, abril 19, 2024
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«POLICIA FEDERAL…CRONICA DE UNA DEBACLE»

«No puedes ser disciplinado en las cosas grandes y indisciplinado en las pequeñas cosas. Hombres valientes pero indisciplinados no tienen ninguna posibilidad contra otros hombres con disciplina y valor. ¿Alguna vez has visto unos pocos policías manejar una multitud”
George Patton

 

Las protestas orquestadas por elementos de la Policía Federal (PF), tras su negativa a incorporarse a la Guardia Nacional, han levantado polémica y han destapado la cloaca que imperaba en una de las instituciones otrora modelos de seguridad, la que a través de su “Policía Científica” y sus modelos de investigación, buscaban poner a una institución y sus hombres a la altura del Scotland Yard y el FBI.

La hoy casi extinta PF, fue un modelo de “Policía Científica” que buscó emular a las mejores policías del mundo y llevar la “inteligencia” a los más altos estándares de calidad, pero gracias a malos manejos y a la opacidad con la que operaban los mandos y a las simulaciones que se ventilaron en el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012), en el marco de la Guerra contra el Narco, hicieron que la institución otrora ejemplo de excelencia y el ejemplo a seguir por las demás corporaciones, se fuera a la deriva tras los escándalos suscitados por los montajes y ante las acusaciones de corrupción hacia sus mandos.

La casi extinta PF, se montó en el modelo de la POLICIA FEDERAL PREVENTIVA (PFP) que el gobierno Zedillista ideó para que México entrara al nuevo milenio con una policía profesional y ética, por lo que se buscó emular al Cuerpo Nacional de Policía de España, copiando los grados y escala jerárquica de los hispanos, al grado de mandar a elementos de la recién flamante corporación (conformada por personal del CISEN, Marina, Ejército y grupos seleccionados de las demás corporaciones, utilizando la estructura de la extinta Policía Federal de Caminos) a cursar estudios en la academia de Ávila de la Policía Española, anteponiendo la inteligencia y la prevención del delito en el combate a la delincuencia.

Prueba de su efectividad, fue la toma de Ciudad Universitaria en el 2000, la cual llevaba poco más de un año tomada por miembros del Consejo General de Huelga (CGH), sin que hubiera un solo disparo, acción que fue llevada a la perfección por el General Arellano Noblecía y las Fuerzas Federales de Apoyo (FFA), cuerpo conformado en su mayoría por Marinos y Militares a quienes se les respetó su antigüedad.

La paga de este magno proyecto, era muy alta, al grado que hace casi dos décadas, un suboficial ganaba 12 mil pesos mensuales, sin contar los viáticos sin comprobar y la infinidad de cursos que se impartían a los elementos, haciendo que el aérea de inteligencia fuese la carta fuerte de la institución, al desarticular al entramado del grupo terrorista vasco ETA afincado en México, así como a bandas de secuestradores como la de Daniel Arizmendi López EL MOCHA OREJAS, entre otras.

Pero con la llegada del gobierno del cambio de Vicente Fox (2000-2006) la institución modelo a nivel Latinoamérica, fue desmantelada, tal como lo mencioné en DIARIO DE UN AGENTE ENCUBIERTO (Temas de hoy, Editorial Planeta, 2013), haciendo que el orgullo de la PFP, el lema “INTELIGENCIA Y DISCIPLINA CONTRA LA DELINCUENCIA” fuera letra muerta.

El gobierno de Fox creó la SECRETARIA DE SEGURIDAD PÚBLICA FEDERAL (SSP) que, para justificar su existencia, tomó en su poder a la PFP, que antes dependía de la SEGOB, haciendo que engrosara la alta burocracia y que los estándares de calidad para el ingreso de una corporación modelo, se relajaran, al grado que empezó entrar personal que no aprobaba los controles de confianza, pero que podían tener un alto puesto tras firmar una “Carta Responsiva”, cuando la tónica era acreditar los exámenes de control de confianza.

Fue la época en que a los agentes encubiertos se les uniformó y a los integrantes del área de inteligencia se les puso a patrullar la ciudad de México en operativos “pantallas”, como el Metropolitano, donde sólo se hacía presencia en los corredores Condesa y Polanco, para beneplácito del entonces Secretario Alejandro Gertz Manero, quien incrustó al famoso “Grupo Álamo”, emanado de la SSP del entonces Distrito Federal a la PFP, iniciando la corrupción que hoy ha llevado a su fin a toda una institución.

Fue la época de los linchamientos de Tláhuac (el más sonado de los fracasos en materia de inteligencia que se conozcan), lo que orilló que el entonces Comisionado José Luis Figueroa Cuevas fuera relevado del cargo por el Secretario de Seguridad Pública Federal, Ramón Martín Huerta, muy allegado al Presidente Fox, quien incrustó en nómina a gente de bajo perfil proveniente de Guanajuato y quien se hiciera famoso por haber declarado que “los helicópteros pueden ser tirados a pedradas”.

Paradójicamente, este personaje gris, murió en un accidente en una aeronave de ala rotativa, junto con el Comisionado General Tomás Valencia Ángeles, sucesor de Figueroa el 21 de septiembre del 2005.

Cabe agregar que el caso Tláhuac, también provocó el cese del entonces Secretario de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal, Marcelo Ebrard Causabon, hoy titular de la SRE en la actual administración.

Con la llegada de Felipe Calderón (2006-2012), la seguridad pública comenzó a decaer, al utilizar y transformar la entonces PFP en Nueva Policía Federal (PF), al fusionar a la Agencia Federal de Investigación (AFI) de García Luna (ex Coordinador de Inteligencia de la PFP), quien utilizó a esta institución en la llamada guerra contra el narco, declarada por Calderón en diciembre del 2006.

En el marco de la ofensiva contra los barones de la droga, Genaro García Luna utilizó todo el poder institucional para posicionarse e intentar robar protagonismo al titular de SEDENA, General Guillermo Galván Galván, haciendo que las presentaciones de capos en los hangares de la corporación, fueran una constante.

Fue la época de los montajes y de los señalamientos de corrupción que aún siguen persiguiendo al ex Secretario García Luna quien, pese a todo, sigue viviendo un exilio dorado en Miami, Florida.

En esa época, el grupo de García Luna (Luis Cárdenas Palomino, Francisco Javier Garza Palacios, Armando Espinosa de Benito y un largo etcétera) eran los amos y señores, quienes utilizaron la institución como si de su peculio se tratase, al grado de otorgar plazas y asensos a sus allegados, con la única finalidad de engrosar los bolsillos al “Güero” como le decían a García Luna, robando lo decomisado a los narcotraficantes, tal como lo señaló en una carta abierta publicada en diarios nacionales Edgar Valdés Villareal “La Barbie”, quien acusó a García Luna y compañía de recibir dinero y de haberle robado autos y joyas tras su detención.

Fue en esta época donde se vertió una gran cantidad de dinero para posicionar la imagen de una institución contaminada por la corrupción. Fue cuando con dinero del erario, se pagó una serie llamada EL EQUIPO (Televisa 2011), donde incluso se utilizaron recursos de la institución para la grabación de esta serie propagandista.

Con la llegada de Enrique Peña Nieto (2012-2018), la PF sufrió otra transformación, al crear la división de la GENDARMERIA y al intentar cambiar por completo la imagen de la institución y retornarla a la SEGOB, y de esta forma distanciarse de una institución panista más que viciada, sin que lograra su cometido, ya que el cáncer de la corrupción estaba más que anquilosado.

Con EPN, a las Fuerzas Federales se les dio un bono de Operatividad (que es el que están peleando como parte de su sueldo, cuando sólo se trataba de una compensación), para paliar el malestar que suscitó la creación de la GENDARMERIA, que también fue vendida como la panacea y que en realidad fue un rotundo fracaso, en parte a que sus elementos siempre estuvieron al amparo de las Fuerzas Federales, quienes eran los que en realidad hacían el trabajo, mientras que la GENDARMERIA sólo vendía imagen, lo que motivó que fueran vistos con recelo por las demás divisiones.

Es por todo lo anterior, que la presente administración de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no buscó darle una maquillada, sino una cirugía mayor a una corporación tildada de corrupta y fifí, lo que orilló a que su proyecto de GUARDIA NACIONAL se sustentara en personal militar, por considerarlos como los más inmunes a la corrupción, aunque la mayoría de sus integrantes durante su paso por corporaciones civiles, hayan sido señalados como tales.

Pese a los señalamientos de altos mandos de haber llevado a la debacle a una institución que nació para ser grande y traer la anhelada seguridad a la nación, al utilizar las técnicas más avanzadas en materia de seguridad, la corrupción y en amiguismo hicieron que bajo el pretexto de “seguridad nacional”, la PF fuera opaca y se dilapidaran una ingente cantidad de dinero en operativos pantalla y fallidos, al grado de que para la captura del Chapo, las agencias estadounidenses evitaran compartir información sensible con la PF, la cual estaba tildada de estar coludida con el crimen organizado y dar protección a los jefes de plaza.

Aunada a la corrupción, estaba la alta burocracia que percibía sueldos que llegaban hasta los 140 mil pesos, sin contar con los bonos anuales, los autos, la gasolina y los celulares a discreción, así como los gastos sin comprobar, usados como gastos de investigación, los cuales se utilizaban a discreción, sin rendir cuentas claras, bajo el pretexto de seguridad nacional.

Es obvio que la gallina de los huevos de oro llegó a su fin y que el maná se acabará, por lo que los elementos de la PF no quieren ver mermado su estatus y nivel de vida, por lo que las marchas y manifestaciones de repudio seguirán siendo auspiciadas, por aquellos que contagiaron del cáncer de la corrupción a una institución modelo, en el entendido de que el no hacer bien tus labores y gastar el dinero del erario de una manera nada transparente, también es corrupción, es obvio que la actual administración tomara esta decisión draconiana en aras de una austeridad republicana.

En espera de que los elementos de la PF que no quieran ser parte del nuevo proyecto, sean liquidados conforme a la ley y que éstos no ingresen a las filas del crimen organizado (algo que dudo, y más cuando por WhatsApp el CJNG está reclutando gente) y que la GUARDIA NACIONAL cumpla cabalmente su cometido, y que no sea sistemático que cada sexenio, se sigue reinventado la seguridad pública y que los verdaderos causantes del expolio de la institución, rindan cuentas.

Señor Presidente…¡Usted sabe quiénes son! ¡Que paguen ellos y no la tropa!

@borgestom

Tomás Borges
Tomás Borges
Escritor y analista en temas de narcotráfico y terrorismo. Lector voraz y enemigo de la mediocridad. Ex policía federal amante de la filosofía. Autor de los libros: Maquiavelo para Narcos (Temas de Hoy 2008) El Arte de la Guerra para Narcos (Temas de Hoy 2011) Diario de un Agente Encubierto (Temas de Hoy 2013) El Pequeño Dictador que Todos Llevamos Dentro (Vergara, 2018)
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