martes, marzo 19, 2024
InicioBanner"NARCOTERRORISMO: EL PELIGRO QUE VIENE"

«NARCOTERRORISMO: EL PELIGRO QUE VIENE»

 

 

 

 

“Nuestro patio trasero está en llamas, es hora de que tomemos la manguera anti incendios”
Chip Roy, Senador Republicano

Cuando 9 miembros de la familia Le Baron fueron abatidos y quemados por un comando armado en los límites de Sonora y Chihuahua, la indignación y la impotencia crecieron exponencialmente, debido a que entre las víctimas se encontraban menores de edad, quienes fueron masacrados e incinerados junto con su madre.

De acuerdo a los datos oficiales, integrantes de la familia de Le Baron partió el pasado 5 de noviembre a bordo de una camioneta blanca de la comunidad mormona de Bavispe, Sonora, rumbo a la comunidad de la Mora, cuando las tres mujeres y sus 14 hijos fueron atacados por criminales con las consecuencias por todos conocidos.

El artero crimen, además de levantar indignación, levantó voces que exigen además de justicia, que se les ponga un alto a los criminales que asolan el territorio nacional y que han hecho de muchas regiones, tierra de nadie, sin omitir que la política emprendida por la actual administración, de “Abrazos y no Balazos” no está funcionando.

El crimen hizo que los familiares de las víctimas, apelaran a su doble nacionalidad, y solicitaran la intervención del gobierno de Estados Unidos, por lo que congresistas como Chip Roy y el mismo Presidente Donald Trump, solicitaron al congreso la declaratoria de señalar como terroristas a los principales cárteles de la droga mexicanos.

En ese contexto, el gobierno americano y algunos congresistas, solicitaron que se declare a los Cárteles mexicanos como “Terroristas”, apelando a la Ley Patriótica del 2001, la cual da facultadas al gobierno de los Estados Unidos para intervenir militarmente en las naciones donde operen grupos terroristas, como un mecanismo de prevención y defensa y más cuando los grupos operen a unos kilómetros de la Unión Americana.

Cabe destacar que para el gobierno de Estados Unidos, es considerada terrorista cualquier agrupación que “se involucre en actos terroristas tenga la intención o capacidad para realizar dichas actividades”, lo que a todas luces, cumplen los cárteles de la droga, quienes incluso han superado a los yihadistas islámicos en cuanto a violencia se refiere.

Lógicamente, Julián Lebaron, familiar de las víctimas y activista tras el secuestro y muerte de su hermano Benjamín, (sucedido hace 10 años, por el crimen organizado, tras denunciar a los grupos criminales de la zona, quienes se dedicaban desde entonces a la extorsión y secuestro), comenzó a levantar su indignación hacia la actual administración, además de decir que de ser posible, solicitaría la intervención de los “aliens” para dar con el paradero de los asesinos de sus familiares.

El dolor que embarga a la familia Le Baron es más que justificable y más cuando los criminales asesinaron a 3 mujeres y 6 niños, supuestamente confundidos por los sicarios, quienes demostraron una vez más como operan en la total impunidad, gracias a la omisión o complacencia de las autoridades.

Aunado a lo anterior, los constantes enfrentamientos a plena luz del día como los sucedidos el 1 de diciembre en Villa Unión, Coahuila, por citar un ejemplo, hicieron que el domingo 1° de diciembre, fuera el más violento de lo que va la actual administración, al registrarse oficialmente la ejecución y muerte de 128 personas en distintos puntos y eventos, lo que infiere que la actual estrategia no está funcionando.

Hechos violentos de tal naturaleza, han hecho que se sumen voces de los desplazados y afectados por el crimen organizado, lo cual ha sido capitalizado por líderes de la oposición, quienes ven las acciones de los criminales, como una muestra más que fehaciente de la incapacidad de la Cuarta Transformación para cumplir sus promesas de campaña, a un año de haber ganado los comicios.

  • ESTADOS UNIDOS Y SU INJERENCIA EN LA POLITICA EN MEXICO

Desde que surgió la Doctrina Monroe, “América para los americanos”, nuestro vecino del norte ha aprovechado cualquier circunstancia para marcar su impronta y para debilitar a los vecinos incómodos y seguir teniendo injerencia no sólo en nuestro continente, sino en el orbe.

Como menciona el especialista en geopolítica, Pedro Baños (Así se domina el mundo, Ariel, 2018);” La hipocresía es el eje rector de la geopolítica. No hay nada más hipócrita y cruel que a política internacional, pues todo lo que en ella se gesta y realiza está basado exclusivamente en los intereses de cada país, los cuales siempre son efímeros y cambiantes (…) Y ante un escenario donde reina la hipocresía y el cinismo, únicamente cabe aconsejar; Confía sólo en tus propias fuerzas”.

En el entendido de que hay distintos tipos de instrumentos para debilitar a los vecinos, el tema del terrorismo es un instrumento injerencista más de los Estados Unidos, para beneficio de la administración Trump, y más ahora que un juicio político en puerta, es más que salvador distraer la opinión pública americana hacia su molesto y necesario vecino del sur.

La conseja de que “Inventa un enemigo para crear unidad” está siendo utilizada por Trump, quien ve la frontera sur como el origen de todos sus males, explotando la xenofobia entre los supuestos desplazados por los migrantes y por las maquiladoras que, según su percepción, les han robado empleos a los ciudadanos americanos.

  • PRINCIPALES ANTECEDENTES INJERENCISTAS

Este incidente diplomático no será el primero, ni por supuesto el último que haya sufrido nuestro país por potencias extranjeras, ya que en el siglo XIX quedó como referente el episodio conocido como la “Guerra de los Pasteles”, el cual surgió por los reclamos de un restaurantero y pastelero francés de apellido Remontel, quien solicitó la intervención del gobierno galo, para que se le pagara la cantidad de 60 mil pesos, cifra a la que según el afectado ascendían los daños perpetuados por oficiales del ejército mexicano, en su local afincado en Tacubaya, lo que escaló en una intervención a nuestro país en 1838, la cual quedó zanjada tras el pago de 600 mil pesos de la época, dinero que tuvo que salir de las arcas siempre escasas de la nación.

También en el siglo XX, tuvimos la «expedición punitiva», auspiciada por el gobierno de Woodrow Wilson, para castigar la incursión a Columbus, Nuevo México perpetrada por Francisco Villa en marzo de 1916, cuando el “Centauro del Norte” junto con 400 hombres, ingresaron en la madrugada para asaltar un banco y vandalizar el poblado, acción que orilló a que el gobierno americano mandara un ejército de 12 mil hombres a ingresar al territorio nacional para apresar y castigar al bandido, incursión que concluyó sin éxito en febrero de 1917, cuando las tropas estadounidenses fueron requeridas por su gobierno para enfrascarse en la primera guerra mundial.
Este siglo, no es la excepción y la muerte de los ciudadanos mexicoamericanos de los Le Baron, son el pretexto ideal para que los cárteles de la droga sean perseguidos como terroristas, situación que implicaría que en caso necesario, tropas estadounidenses ingresaran para detener a integrantes del crimen organizados tildados de terroristas, pese a que especialistas dicen, que esa acción es sólo mediática, ya que las consecuencias no serían militares, sino sólo económicas al congelarles activos y prohibir a ciudadanos o empresas que tengan negocios en la unión americana a no colaborar con empresas vinculadas con los cárteles de la droga tildados de terroristas.

Si no existe un enemigo, hay que inventarlo, dicen los estrategas, y tal parece que pese a lo violento que son los cárteles, el demonizarlos, es el pretexto ideal para que los Estados Unidos vinculen a cualquier ciudadano mexicano o empresario con algún cártel, para sacarlo del mercado o hacerlo blanco de ataques mediáticos en beneficio de algún conglomerado estadounidense.

¿Se imaginan ustedes sí a un empresario, por decir Slim (sólo como ejemplo) lo tildaran de terrorista, sólo porque un informante, o un agente dice que algunas de sus unidades de sus múltiples empresas fueron usadas para el trasiego de drogas o que algún inversor o socio, tiene supuestos vínculos con algún barón o cártel de la droga tildado de terrorista?

El pretexto está y no hay que dudar, que detrás de esa buena voluntad de nuestros vecinos, se esconde algo más que perverso, ya que en este mundo donde la hipocresía y el dinero son la moneda de cambio en la política internacional y donde la oposición funge como caballo de Troya para minar al actual gobierno y donde dos ex presidentes (Vicente Fox y Felipe Calderón) son señalados en investigaciones periodísticas de haber beneficiado al Cartel de Sinaloa (CDS) en prejuicio de los demás, el exigir que una potencia extranjera, intervenga so pretexto de incompetencia, es un acto no heroico, sino más bien enfermo y traicionero.

La historia, que es la memoria colectiva de los pueblos, nos ha demostrado que nuestro vecino, es un lobo con piel de oveja y que so pretexto de bregar por un mundo más justo y globalizado (americanizado), hará hasta lo imposible para que su patio trasero, no salga de su zona de influencia y que permita por las buenas o por las malas, que sus agentes operen impunemente en nuestro territorio, tal como ocurrió en las administraciones anteriores

El EPIC (El Paso Intelligence Center) que es donde la DEA escucha todas las radiofrecuencias policiacas y de los narcos, contaba durante la administración de Calderón, con agentes de la PFP y PGR como enlaces, a quienes les daban información sobre algunos cárteles de la droga llamados “objetivos prioritarios”, quienes simple y llanamente eran los enemigos del Cártel de Sinaloa y quienes eran señalados por informantes pagados por el Capo, para que las fuerzas del orden les quitaran la competencia de encima.

En política, no hay casualidades y no es una casualidad que ahora el gobierno de Trump vaya tras supuestos terroristas en nuestro país, tras sus estrepitosos fracasos en el medio oriente, para seguir presionando a la Cuarta Transformación, que bisoñamente creyó que, con buena voluntad y deseos, se podían solucionar los problemas del país.

El enemigo está dentro, y es el crimen organizado que está desatado ante la inoperancia de la actual estrategia emprendida por Alfonso Durazo y avalada por el ejecutivo López Obrador quien, tras un año de gobierno, pidió un año más para ver los resultados, ignorando que mientras el pide tiempo, la sociedad junto con sus adversarios reales o imaginarios, piden resultados.

En espera de que haya un golpe de timón en la política criminal de ésta Cuarta transformación y que el crimen organizado quede sino erradicado, sí controlado y que el que hoy escribe, mañana se tenga que comer sus palabras y decir que el tiempo, le dio la razón a Obrador, quien, pese a todo sigue con una popularidad del 58.1% de acuerdo a Consulta Mitofsky.

Los desafíos hacen a los líderes…y hoy AMLO tiene el de no sólo combatir al narcotráfico, si no los reclamos del gobierno de los Estados Unidos y de una sociedad flagelada y polarizada, por lo que en espera de que el efecto AMLO o teflón, vuelva hacer magia y logré calmar la ira del coloso del norte, que aprovechará cualquier titubeo para mandar si no las botas de los marines, sí sanciones económicas que serán más letales que las balas de los fusiles M16 del ejército yanqui.

@borgestom

Tomás Borges
Tomás Borges
Escritor y analista en temas de narcotráfico y terrorismo. Lector voraz y enemigo de la mediocridad. Ex policía federal amante de la filosofía. Autor de los libros: Maquiavelo para Narcos (Temas de Hoy 2008) El Arte de la Guerra para Narcos (Temas de Hoy 2011) Diario de un Agente Encubierto (Temas de Hoy 2013) El Pequeño Dictador que Todos Llevamos Dentro (Vergara, 2018)
RELATED ARTICLES
- Advertisment -

Most Popular

Most Popular