Con todo el dolor de su corazón, los community manager o los mismos funcionarios (depende quien lleve la cuenta) ya no van a poder bloquear a aquel usuario que les eche una mentada de madre o les diga una que otra verdad.
La Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación así lo estipuló ayer, pues hacerlo es una violación al derecho de acceso a la información.
«El derecho a la información debe prevalecer sobre el derecho a la intimidad»